El pasado martes 1 de febrero acabó el plazo de recolección de firmas para que la ciudadanía pudiera proponer sus propios articulados de norma a la Convención Constitucional. 78 de las casi 2.500 iniciativas presentadas cumplieron con el requisito necesario (77 consiguieron 15.000 firmas, y una de pueblos afrodescendientes consiguió las 1.500 firmas que necesitaba), y de éstas, 9 abordan temas educativos.
Una de las grandes contribuciones que tienen varias de las propuestas es que amplían los fines de la educación, desde una visión actual muy individualista y centrada en el pleno desarrollo y bienestar de las personas, a una más estratégica que considera, además, el bien común, el desarrollo sustentable y una perspectiva inclusiva y democrática, entre otras características.
En su mayoría, estas propuestas consagran el derecho a la educación como un derecho fundamental, aunque varían en el énfasis que le dan a estos derechos y cómo conciben su garantía. Algunas de las propuestas responsabilizan explícitamente al Estado de garantizar una educación de calidad, mientras que otras sólo se refieren a garantizar el acceso mediante un sistema público, manteniendo más la lógica actual de un Estado Subsidiario. Asimismo, mientras algunas consagran la libertad de la comunidad de abrir y mantener establecimientos educativos sin restricciones, otras supeditan esta libertad a los fines de la educación establecidos en la Constitución, la garantía del derecho a la educación y el interés superior de niños, niñas y adolescentes, consagrando a estos últimos como sujetos de derecho, dándoles un rol protagónico en los procesos de enseñanza aprendizaje. Si bien algunas propuestas no consideran este aspecto, ninguna de ellas apunta a eliminar la libertad de enseñanza como principio del sistema educativo.
Otro punto relevante de algunas de estas propuestas es que reconocen a docentes y profesionales de la educación como eje estratégico del sistema educativo. Además, algunas propuestas abordan temas más específicos, como la educación artística y musical, la educación con perspectiva de género o la educación técnico-profesional.
Las 9 iniciativas se suman a otras 16 propuestas por los convencionales, por lo que el debate en educación – que se espera que se desarrolle durante el mes de febrero – tendrá bastantes puntos de encuentro y discusión. Como ciudadanía, tendremos que poner atención a la discusión y el resultado final de la deliberación.
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