Continúan las audiencias públicas en la Convención Constitucional, en las que los y las convencionales constituyentes dan espacio a la ciudadanía y sus organizaciones para plantear sus ideas, sueños y esperanzas para la nueva Constitución.
En materia educativa, esta semana la Comisión de Sistemas de Conocimiento contó con la presencia de Irene Dávila, profesora de lengua y literatura, con amplia experiencia en escuelas vulnerables. La docente elaboró un emotivo discurso en el que definió al aula como un lugar mágico, y, sirviéndose de los escritos de Humberto Maturana, conceptualizó a la enseñanza desde el amor y el vínculo con las y los estudiantes. En su discurso, la profesora relevó la educación como el punto de unión entre artes, culturas, ciencia y conocimiento, y añadió que debe desarrollar a las personas, desde el conocimiento, sus talentos, el lugar en que nació, su etnia, su credo religioso y su identidad de género: en otras palabras, desde la pluralidad y diversidad. La profesora declaró, también, que el Estado debe ejercer un rol garante en la implementación, ejecución, desarrollo y financiamiento de la educación, impulsando un sistema con libertad de enseñanza, autonomía, creatividad, innovación, pertinencia y alejada de la rigidez de los procesos estandarizados.
Adicionalmente, la presidenta de la Mesa Directiva de la Convención Constitucional, Elisa Loncon, recibió en audiencia a la delegación del Colegio de Profesoras y Profesores de Chile, quienes dieron a conocer los acuerdos establecidos en el Congreso Nacional de Educación implementado por el gremio a lo largo del país. Este documento contiene propuestas sobre la educación chilena realizadas por profesores, profesoras, asistentes de la educación, apoderados y otros miembros de las comunidades educativas, proponiendo avanzar en una educación pública, estatal y comunitaria, que reconoce y valora lo que existe en cada uno de los territorios donde están insertas nuestras escuelas, nuestros jardines infantiles, nuestros liceos. Pero también se plantea avanzar hacia una educación humanizadora, liberadora y transformadora.
La participación docente será fundamental en el diseño de una nueva educación para todos y todas, por lo que valoramos que instalen sus ideas desde iniciativas individuales hasta los órganos colegiados.